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Si estás a punto de escribir un libro o ya comenzaste, es posible que te hayas preguntado para qué sirve un borrador y en qué momento se convierte en un documento listo para publicar. En una de las sesiones de mentoría grupal para escribir un libro que ofrezco, una de las escritoras me preguntó en qué momento el primer borrador deja de serlo y cómo saber si ya el documento está listo para publicar.
Antes de decirte la contestación quiero explicarte qué es un borrador y cual es su importancia.
Cuando hablamos de escribir un primer borrador nos referimos a un texto provisional, uno que sin lugar a dudas sufrirá cambios a medida que lo desarrollemos.
Verás, por lo general, el proceso de escribir un libro no se hace de una sentada sino que se logra por etapas y pasos. El primer paso es determinar el tema principal y los temas que a su vez se desprenden del anterior (subtemas).
En mi experiencia como autora la parte más difícil de escribir un libro es precisamente transferir las ideas al papel. Esas ideas no llegan organizadas o completas. Hacer el ejercicio de escribir el primer borrador te ayudará a organizar, completar y desarrollar esas ideas.
(más…)Llevas planificando ese libro hace mucho tiempo. Haz hecho tu asignación, y tienes una idea clara de lo que quieres hacer. Ahora te toca (¡al fin!) comenzar a escribir ese primer borrador.
Y, de momento, el «frío olímpico» se apodera de ti. ¿Qué hago ahora? ¿Cómo hago para escribir un borrador? ¿Con qué tiempo voy a escribirlo? ¿Realmente podré hacerlo?
No importa si somos autores bestsellers, o desconocidos escribiendo nuestro primer libro, lo cierto es que todos tenemos momentos como este. Los afanes y responsabilidades nos nublan la visión. Las distracciones no se hacen esperar. Dudamos de nuestra propia capacidad. Y si nos dejamos llevar por nuestros sentimientos y las situaciones, terminamos procrastinando eternamente o haciendo absolutamente nada con ese libro que nos hemos propuesto escribir.
Pero no tiene que ser así. Tú tienes la capacidad de tomar el control y buscar alternativas. A continuación te comparto 6 consejos que pueden ayudarte a recuperar tu enfoque y comenzar de una vez a plasmar en papel (o en un medio digital) ese primer borrador del libro que hay dentro de ti.
Si te preguntan, “¿eres escritor?”, ¿Qué contestarías?
Es posible que trates de evadir la respuesta y en su lugar digas algo como esto: “No soy escritoro/a, solo soy un padre/ una madre que quiere escribir una novela”, “No soy un escritor porque todavía no he publicado”.
Algo parecido contesté cuando mi esposo me propuso publicar el que se convirtió en mi primer libro; un poemario titulado Desnudando el Alma por vez primera. Él pretendía que lo que había escrito en el silencio y el secreto de la madrugada, lo divulgara y compartiera con desconocidos y ¡para colmo me hiciera pasar por una escritora!
“¿Cómo iba a pretender ser una escritora? ¡Por favor! A penas había escrito unas cuantas páginas y ya tenía que creerme escritora”. Al menos eso fue lo que pensé en ese momento.
¿Por qué nos cuesta decir que en efecto somos escritores?
Por un intruso llamado el síndrome del impostor.
No te preocupes, no es un término médico. No te vas a morir. No es contagioso aunque muchos escritores sino todos lo padecemos.
El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico; una vocesita que te dice que eres un fraude. Por lo tanto uno siente temor constante a ser descubierto y puesto en evidencia por terceras personas.
En el caso de los escritores este “síndrome” hace que no nos sintamos escritores (valga la redundancia), al menos no del todo. Esto ocurre especialmente con los escritores noveles o principiantes. Nunca se definirían ante los demás con el nombre de escritor y muchas veces tampoco se reconocen ante sí mismos como tal. Ese sentimiento puede aumentar si no se tiene una educación formal en literatura o escritura creativa.
Ahora bien, ¿qué es un escritor? Miremos la definición que nos da la Real Academia Española (RAE):
La primera definición que aparece nos dice simplemente persona que escribe. Ahí no establece que tiene un título universitario o x cantidad de premios en literatura. Simplemente dice persona que escribe y que es autor de obras escritas o impresas (énfasis en la o).
Como escritores, vivimos un momento privilegiado. Autopublicar un libro nunca fue tan accesible como en la actualidad. Share on X
Lo que en un tiempo solo podía hacerse a través de editoras de renombre, hoy día está al alcance de cualquier escritor con acceso a Internet. La disponibilidad de plataformas como KDP de Amazon ha facilitado grandemente la tarea de publicar un libro por cuenta propia. Sin embargo, a pesar de tener estas herramientas a su alcance, muchos escritores siguen sin publicar su libro.
¿Por qué?
El acto de subir un libro a una plataforma de autopublicación como KDP es relativamente fácil, si conoces el proceso. Y lo mejor de todo es que puedes hacerlo sin costo alguno.
Sin embargo, el hecho que puedas hacer disponible tu novela en Amazon sin pagar por ello no quiere decir que no tienes que invertir. Publicar un libro es un proceso de varias fases, y en cada fase necesitarás invertir dinero.
No hay nada que se compare a la emoción de querer escribir una historia. Después de días o semanas de experimentar la dulce tortura de ver una y otra vez imágenes en tu mente dejas de pelear y dices:
“Ok, ok… No más… Me sentaré a escribir tu historia”.
Antes de escribir la primera palabra de nuestra novela los nervios están de punta. Sientes mariposas en el estómago y las manos sudan. La duda te asalta y los dedos te tiemblan –ya sea que utilices el papel o las teclas del portátil–. Es algo así como la primera cita. Aunque si lo pensamos bien, realmente es tu primera cita con los personajes. Es la primera vez que bailarás al son de su música.
Luego de varias respiraciones profundas, espantar los espíritus nerviosos de los dedos, decides sentarte frente a la pantalla o papel blanco. Pero cuando vas a escribir la primera palabra te das cuenta que tienes que decidir que voz de narrador vas a utilizar para contar la historia; ¿Primera? ¿Tercera?
Entonces sientes que el aire se queda atascado en tu garganta y te quedas en estado catatónico…
Decidir la voz del narrador de la historia puede paralizarte pero que no cunda el pánico. En este artículo quiero ayudarte a tomar la decisión. Share on X
Veamos que son estás voces y cómo te pueden ayudar en la historia. (más…)
¿Alguna vez has leído una historia con personajes sosos?
A ese tipo de personajes los llamo maniquí. Son personajes que parecen no cobrar vida en la historia. Son planos y simples. No tienen metas y ambiciones. Tienden a ser bastante predecibles y aburridos.
Esto ocurre cuando no tomamos el tiempo para desarrollar su carácter. Los dejamos con una sola cara. Algunos son perfectos sin un poco de imperfección. Mientras que hay otros con demasiadas debilidades y ni una gota de fortaleza.
No permitas que tus personajes sufran del síndrome del maniquí. Aquí te enseño cómo evitarlo. Share on X
En este artículo quiero compartir algunas recomendaciones que he aprendido (y aplicado) para hacer que tus personajes se conviertan en seres vivos y complejos para tu lector.
Creo que la mayoría de los escritores coincidimos que los personajes son clave y de suma importancia en una historia.
Nuestra historia toma forma gracias a las decisiones y acciones de los personajes. Share on X
Una historia sin personajes bien desarrollados y pensados es como un plato de comida sin sal y especias. Sin ellos la historia está perdida.
Los personajes hacen que la narración sea interesante o… aburrida. (más…)