Llevas planificando ese libro hace mucho tiempo.  Haz hecho tu asignación, y tienes una idea clara de lo que quieres hacer.  Ahora te toca (¡al fin!) comenzar a escribir ese primer borrador.

Y, de momento, el «frío olímpico» se apodera de ti. ¿Qué hago ahora? ¿Cómo hago para escribir un borrador? ¿Con qué tiempo voy a escribirlo? ¿Realmente podré hacerlo?

No importa si somos autores bestsellers, o desconocidos escribiendo nuestro primer libro, lo cierto es que todos tenemos momentos como este.  Los afanes y responsabilidades nos nublan la visión. Las distracciones no se hacen esperar.  Dudamos de nuestra propia capacidad. Y si nos dejamos llevar por nuestros sentimientos y las situaciones, terminamos procrastinando eternamente o haciendo absolutamente nada con ese libro que nos hemos propuesto escribir.

Pero no tiene que ser así.  Tú tienes la capacidad de tomar el control y buscar alternativas.  A continuación te comparto 6 consejos que pueden ayudarte a recuperar tu enfoque y comenzar de una vez a plasmar en papel (o en un medio digital) ese primer borrador del libro que hay dentro de ti.

#1: Escoge la hora adecuada

Te conoces mejor que nadie. Y solo tú conoces tu rutina diaria. Así que solo tú puedes decidir cuál es el mejor momento para escribir.

Yo, por ejemplo, suelo ser nocturna. Siento que mis ideas fluyen mejor entrada la  tarde o en la noche. Por lo tanto, tengo como hábito escribir de domingo a viernes en las tardes o las noches. Por lo general utilizo las horas de la mañana para hacer tareas de índole técnico y las tareas creativas en las noches.

Para otros, el mejor momento es en las primeras horas de la mañana. Esto puede ser debido a su itinerario de trabajo, tareas cotidianas, o simplemente por la forma en que funcionan mejor como persona.

Cualquiera que sea tu caso, lo importante es que identifiques tu mejor momento para escribir. Puede ser que necesites levantarte muy temprano para hacerlo. O puede ser que tengas que acostarte un poco más tarde. Por más que algunos quieran establecer una regla absoluta en cuanto a cuál es la mejor hora para escribir, no la hay. Cada persona es diferente.

Encuentra el momento que mejor funcione para ti, y establece una rutina de escritura que la puedas llevar a cabo en ese momento.

#2: Aparta el tiempo

Una vez identifiques el momento ideal para escribir, aparta un tiempo razonable para ello, tomando en cuenta tu rutina.

Sé razonable y realista en cuanto al tiempo que apartes para escribir. Si tienes varias horas disponibles, y puede apartar ese tiempo, ¡genial! Pero si eres una persona ocupada, con trabajo, familia y otras cosas que atender (¡como la mayoría de los seres humanos!); y no tienes mucho tiempo, no te preocupes. Si lo que tienes es una hora al día, o media hora al día, eso no impide que puedas escribir tu libro. Es mejor hacerlo poco a poco—aunque tardes un poco mas—que nunca hacerlo por “falta de tiempo”. La realidad es que nunca hay tiempo; el tiempo se hace. Lo importante es tomar la decisión de hacerlo—aunque sea poco a poco—y no sucumbir ante la procrastinación.

Durante ese tiempo, enfócate solo en escribir, evitando otras distracciones. Apaga el celular y los dispositivos móviles. Aléjate de Facebook, Twitter, Instagram y cualquier otra red social. Si es necesario, habla con tus familiares inmediatos, coméntales sobre tu meta de escribir un libro, y pídeles que no te interrumpan durante este tiempo que has apartado para escribir, a menos que sea por una emergencia.

Si vas a escribir durante un tiempo extendido, recuerda tomar recesos cortos al menos cada hora. El escribir es una labor creativa intensiva, y la mente necesita un descanso cada cierto tiempo para “reiniciarse” y relajarse.

Una técnica de manejo del tiempo y enfoque que ha dado muy buen resultado a muchos escritores es la Técnica de Pomodoro, creada por Francesco Cirillo. En resumen, la misma consiste en concentrarte en una tarea por 25 minutos, sin ningún tipo de interrupción. Al terminar ese bloque de 25 minutos, tomas un receso de 5 minutos, y luego continúas con otro bloque de trabajo de 25 minutos. Si interesas mas información sobre la técnica de Pomodoro, te recomiendo visitar el enlace anterior y hacer una búsqueda en el Internet utilizando las frases “técnica pomodoro para escribir” o “técnica pomodoro para escritores”. Infórmate sobre el tema, experimenta, y luego decide si es adecuada para ti esta técnica.

#3: Escoge el lugar adecuado

Al hablar de escoger la hora adecuada y apartar el tiempo para escribir, es importante considerar el lugar donde escribimos. Escribir en un lugar inadecuado puede limitar nuestra creatividad, concentración y productividad.

Trata de escoger un lugar en el cual te sientas cómodo y que esté libre de distracciones. En mi caso, por ejemplo, prefiero escribir con una vista que me inspire. En el balcón de mi apartamento tengo un área designada para escribir mirando hacia el lago que queda enfrente. Pero otras veces necesito estar más en contacto con la naturaleza, así que salgo afuera y me recuesto debajo de uno de los árboles que están cercanos a mi edificio.  En cambio, mi esposo prefiere escribir encerrado en el cuarto en completo silencio.  Cada escritor es diferente, así que no puedo ofrecerte recomendaciones absolutas sobre lugares adecuados. Solo te puedo decir que experimentes y descubras qué funciona mejor para ti.

Si es posible, designa un lugar en tu casa para escribir, y escribe siempre en el mismo lugar. La idea es que tu mente asocie ese lugar con el “momento de escribir”, lo cual te ayudará a ser mas efectivo y productivo. Evita hacer otras actividades de entretenimiento en ese lugar, de modo que tu mente no asocie ese lugar de productividad con el ocio.

#4: No hagas caso al diablito

¿Recuerdas esas caricaturas de tu niñez, en las cuales un personaje tenía a ambos lados dos seres que representaban su consciencia? Uno tenía forma de angelito, y otro tenía forma de diablito. Por lo general el angelito le decía cosas positivas, y el diablito le decía cosas negativas.

Pues los escritores tenemos nuestros angelitos y diablitos también. Mientras estés escribiendo habrá momentos en los cuales sentirás una gran satisfacción por lo que estás produciendo. ¡Al fin estás escribiendo ese libro que tenías en mente hace meses o años! Y escucharás la voz del angelito que te da ánimo a seguir.

Pero en ocasiones escucharás la voz crítica de ese diablito que te dirá cosas como:

  • ¡Qué desastre! ¡Eso que escribes no sirve!
  • ¡Qué mal escribes! Nadie te va a leer.
  • Esa palabra no se escribe así. ¿Acaso no aprendiste ortografía? ¿Y así quieres ser escritor?
  • No pierdas el tiempo. Mejor busca otra cosa que hacer.

Mi recomendación: No hagas caso al diablito.

Permíteme traerte de vuelta a la realidad. Estás escribiendo tu primer borrador. Reality check: ¡Se supone que sea un desastre! Si tuvieras la oportunidad de comparar el primer borrador de un libro “bestseller” con el producto final, te darías cuenta que hay una diferencia bien marcada.

La intención del primer borrador no es publicarlo tal y como lo escribes. La intención es plasmar tus ideas para luego refinarlas. El primer borrador es un diamante en bruto que, posteriormente, será pulido y refinado. Así que no te preocupes por errores y otros desastres en el borrador. Eso lo puedes arreglar luego.

Sobre todo, no prestes atención a errores de gramática u ortografía al escribir el primer borrador. Al detenerte para arreglar errores, lo que harás es interrumpir el proceso creativo y el flujo de ideas en tu mente con detalles técnicos. Olvídate de los detalles técnicos ahora. Simplemente escribe, escribe y escribe. Plasma tus ideas sin preocupaciones. Los detalles técnicos los puedes atender después que termines ese borrador, durante el proceso de edición.

De modo que, si el diablito empieza a molestarte, no le hagas caso. Échalo a escobazos. Pégale con un sartén o un martillo, hasta que quede inconsciente y haya pajaritos dando vueltas alrededor de su cabeza. Haz lo que quieras con él, menos prestarle atención. Y sigue escribiendo, que vas por buen camino.

Advertencia: Si luego de varias horas escribiendo empiezas a ver angelitos o diablitos, es hora de tomarte un receso. 

#5: Establece metas a corto plazo

Ya tienes una meta fija: Escribir un libro. Pero para alcanzar esa meta necesitas atravesar un proceso. Muchos, al pensar en el mismo, se desaniman porque lo ven como algo tedioso y largo.

Para vencer el desánimo, y a la vez tener récord de tu progreso, te recomiendo establecer pequeñas metas durante el proceso. Estas pequeñas metas—también llamadas escalones, hitos o “milestones” en inglés—te ayudarán a mantenerte con una actitud positiva y a sentirte motivado.

Algunos ejemplos de pequeñas metas son:

  • Establecer una cuenta de palabras a escribir por día, sesión o por semana. Por ejemplo, puedes proponerte a escribir 500 palabras por día o por cada sesión de escritura.
  • Establece una fecha aproximada para terminar tu primer borrador.

Lo mas importante de estas pequeñas metas o escalones es que sean reales y pertinentes a tu situación, de modo que puedas lograrlas. No establezcas metas inalcanzables para ti. Sé razonable. Por ejemplo, no te propongas a escribir 1,000 palabras por día si lo que puedes hacer son solo 400. Es mejor escribir 400 palabras por día, que frustrarse porque no puedes llegar a las 1,000 y terminar abandonando el proyecto.

También es importante ser flexible. Si por alguna razón de peso (por ejemplo, una emergencia familiar) no pudiste cumplir tu escalón uno o varios días, no te desanimes. Retoma tu proyecto tan pronto puedas, realiza ajustes a las metas trazadas, y sigue adelante. Todos pasamos por esos momentos. Lo importante es mantener una actitud positiva y, como decimos en Puerto Rico, no “enganchar los guantes” (o sea, desistir).

#6: Rinde cuentas

Si con frecuencia empiezas algún proyecto y no lo terminas, o cae en el olvido, prueba la estrategia de rendir cuentas. La idea es utilizar un poco de psicología para motivarnos a terminar lo que empezamos.

Busca a otro escritor (si conoces a alguno), o a un amigo o familiar con el cual tengas confianza y entiendas que puede apoyar tu proyecto de escribir un libro. Cuéntale sobre el proyecto y tus metas. Establece un acuerdo con esa persona en el cual tu le vas a mantener informada sobre el progreso de tu proyecto y tus escalones a corto paso. A su vez, esa persona se debe comprometer contigo a preguntarte regularmente sobre el proyecto, y como vas progresando con el mismo.

Créeme: El simple hecho de saber que otra persona está pendiente de lo que haces—si lo completas o no, si cumples tu palabra o no—te motivará a continuar con el proyecto, aunque sea por quedar bien con esa persona. Obviamente, todos ganamos aquí: Esa persona se alegrará por tu logro, y tu quedarás bien con ella porque cumpliste tu palabra.

¿No es interesante la forma en la cual nosotros los seres humanos funcionamos? ¿A quién le gusta quedar mal? ¡A nadie! Pues utiliza esto a tu favor, y veras qué buen resultado obtendrás.

Comienza hoy ese primer borrador

¿Quieres saber cuál es la etapa mas difícil de escribir un libro? En mi opinión, es comenzar a escribir.  Muchas personas se quedan pensando eternamente en esa idea maravillosa que tienen para un libro, pero nunca llegan a escribir una sola palabra.  ¡Lo mas difícil es romper el hielo!

¡Anda! Dale una buena patada a ese diablito.  Haz los ajustes que tengas que hacer, y comienza hoy a escribir ese borrador.  No hay excusas; el control lo tienes tú.

¡Éxito con tu libro!

Nota Importante:

¿No sabes cómo comenzar a escribir? ¿Necesitas ayuda para organizar y estructurar el contenido de tu manuscrito?

El taller De la idea al libro: Transforma tu mensaje en un libro irresistible lo hice pensando en escritores como tú y en mi propia experiencia como autora. A través de él aprenderás lo siguiente:

  • Cómo transformar una idea en un tema central para tu libro
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  • Las aplicaciones que puedes usar para escribir tu libro
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  • Las 4 partes mínimas e importantes que debe tener tu borrador
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