¿Alguna vez has leído una historia con personajes sosos?

A ese tipo de personajes los llamo maniquí. Son personajes que parecen no cobrar vida en la historia. Son planos y simples. No tienen metas y ambiciones. Tienden a ser bastante predecibles y aburridos.

Esto ocurre cuando no tomamos el tiempo para desarrollar su carácter. Los dejamos con una sola cara. Algunos son perfectos sin un poco de imperfección. Mientras que hay otros con demasiadas debilidades y ni una gota de fortaleza.

No permitas que tus personajes sufran del síndrome del maniquí. Aquí te enseño cómo evitarlo. Clic para tuitear

En este artículo quiero compartir algunas recomendaciones que he aprendido (y aplicado) para hacer que tus personajes se conviertan en seres vivos y complejos para tu lector.

La importancia de los personajes

Creo que la mayoría de los escritores coincidimos que los personajes son clave y de suma importancia en una historia.

Nuestra historia toma forma gracias a las decisiones y acciones de los personajes. Clic para tuitear

Una historia sin personajes bien desarrollados y pensados es como un plato de comida sin sal y especias. Sin ellos la historia está perdida.

Los personajes hacen que la narración sea interesante o… aburrida.

Delinea tu personaje

Después de elegir la audiencia objetiva, los temas a tratar, etc. (artículo). Es importante trabajar y delinear nuestros personajes.

A continuación te muestro lo que he aprendido y aplicado.

Primero debes hacer una lista de los personajes, asígnales nombres y establece sus roles. Piensa en sus características físicas.

(En lo personal, prefiero ponerle el nombre que corresponda con su personalidad y/o poder).

Este ejercicio posiblemente te tome varias horas o días dependiendo de la cantidad de personajes de tu historia.

Como ejemplo te compartiré parte de mi ficha del personaje principal de la novela Las voces de Étervan.

Fei Céfiro

Rol

Protagonista. (heroína).

Poder

Controlar el elemento viento.

Características físicas

Elfa con orejas semi puntiagudas y pequeñas. Estatura baja en comparación a sus pares. Melena larga que cae como cascada dorada sobre su espalda. Sus ojos son color verde esmeralda con destellos como el sol en el centro.

Significado y origen del nombre

El nombre Fei es de origen chino. Significa vuelo o baile en el aire. Pero también significa soberana. Céfiro significa viento suave y apacible.

(Pulsa en los enlaces para conocer más sobre Fei Céfiro y la novela de fantasía épica Las voces de Étervan)

Las Voces de Etervan

Profundiza en su personalidad

Para desarrollar un personaje completo no es suficiente ponerle nombre, saber su aspecto físico y rol. Debemos conocerlo más a fondo.

A la hora de darle forma a tu personaje es importante que traspases las barreras estéticas. Debes soplar aliento de vida al “maniquí” que acabas de crear. Clic para tuitear

Es hora que te sumerjas en la profundidad del individuo.

5 elementos que harán tus personajes interesantes

Cada uno de nosotros tenemos fortalezas, debilidades, deseos, metas, ambiciones y valores. Esto nos hace seres completos y complejos.

¿Por qué no aplicar lo mismo a tus personajes?

El maniquí que acabas de crear deber ser completo y complejo. Debes lograr que cobre vida en la imaginación de tu lector, que él piense que es real. Tu intención debe ir dirigida a que lo ame o lo odie con intensidad o como dicen por ahí que tenga “una emoción complicada”. Pero no debes permitir que sea indiferente ante ellos.

¿Cómo se logra esto?

Mi recomendación es que hagas una plantilla para cada personaje con la siguiente información:

  • Nombre
  • Rol
  • Fortalezas (virtudes)
  • Debilidades (defectos)
  • Meta (¿qué quiere lograr?)
  • Ambición (¿Qué desea más que nada?)
  • Valores (mínimo 2 )

Como te mencioné anteriormente todos tenemos fortalezas (virtudes) y debilidades (defectos). Haz una lista de ambas para tu personaje.

Ejemplo:

Fortaleza o virtud: Valiente
Debilidad o defecto: Obstinado

Meta

Pregúntate que cosa específica quiere lograr tu personaje al comienzo de la historia.

La meta debe tener las siguientes propiedades:

  • Simple
  • Concreta
  • Importante (para tu personaje)
  • Alcanzable
  • Pero a la vez debe ser un tanto difícil (que le cueste).

Ejemplo: La meta de tu personaje puede ser entrar en la academia para estudiar medicina.

Ambición

A diferencia de la meta, la ambición es abstracta. Por ejemplo, ser rico. Para una persona ser rico puede ser tener millones de dólares, mientras que para otra puede ser tener el último modelo de celular.
La ambición debe conducir a la meta.

Valores

Cada uno de nosotros tenemos una miríada de valores. Los valores impulsan la ambición y ésta a su vez a lograr la meta.

Ejemplo: Valorar la abundancia podría impulsar la ambición de ser rico y a su vez la meta de ser un ejecutivo.

A veces se dan las condiciones adecuadas para que los valores entren en conflictos. Cuando esto sucede se crea el conflicto interno (lo que quiero vs. lo que debo hacer). Esto hace que tus personajes se conviertan en seres complejos e impredecibles.

Estos 5 elementos los debes aplicar con todos tus personajes o por lo menos con los más importantes y claves en tu historia.

Conclusión

Para evitar el síndrome del maniquí y lograr que tus personajes cobren vida es fundamental que traspases las barreras estéticas. Debes sumergirte en la profundidad del individuo que acabas de crear.

Para esto debes conocer lo siguiente:

  •  Virtudes
  • Defectos
  • Meta
  • Ambición
  • Valores

Estos 5 elementos harán que tus personajes sean interesantes, complejos e impredecibles. Tu historia danzará en la  mente de tu lector aún cuando no esté leyendo tu libro.

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Nota: Si deseas profundizar aún más en este tema te recomiendo leer el artículo de la página Oficio de escritor de Alejandro Quintana que te muestra cómo crear personajes literarios de alto impacto.

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