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El proyecto de escribir un libro puede ser parte de tu carrera profesional o simplemente una meta personal, pero hacerlo supone un reto en la vida de cualquier escritor ya sea novel o experto.
Aunque para ser escritor no se requiere haber estudiado literatura, si necesitas tener ciertas cuidados cualidades; entre las más sobresalientes –a mi parecer – están la persistencia y los deseos de re-aprender.
Trasladar las ideas que tenemos de un tema al papel o al ordenador no es tarea fácil. Organizar el contenido de un tema de modo que haga sentido y fluidez requiere de práctica, y paciencia.
«El escritor es aquel al que escribir le resulta más difícil que a las demás personas.»
Thomas Mann
Como parte de mis servicios de mentoría a escritores independientes hay un asunto que se repite una y otra vez; y es la preocupación de cómo organizar el contenido del libro. A muchos escritores, especialmente noveles, les inquieta como organizar el tema que desean presentar en su libro de modo que sea atractivo, fluido y llamativo para su lector.
Esta es una preocupación legítima. Nuestra meta como escritores es poder capturar la atención del lector de modo que entienda lo que queremos compartirle a través de nuestras letras.
Hoy quiero compartirte 3 errores que he notado que muchos escritores cometen y que espantan al lector. A continuación te las comparto:
Cuando surge en nosotros el deseo de transmitir un mensaje a través de nuestro libro es inevitable que nos invada una fuerte emoción. Es una mezcla de alegría, esperanza y autorealización. Estamos casi seguros que esa experiencia o ese conocimiento que queremos compartir puede transformas la vida de muchos así como lo ha hecho con nosotros.
Esto aunque es un sentimiento maravilloso, y ciertamente. es lo que al fin y al cabo nos gustaría que ocurriera, a la hora de escribir y mercadear nuestro libro nos puede traer ciertas complicaciones.
Por ejemplo: Supongamos que eres experto en finanzas. Por tu experiencia te has dando cuenta que la manera en la que se está comportando la economía a nivel mundial va en picada. Te fijas que los gobiernos están malgastando el dinero, están haciendo malas inversiones y lo peor es que la gente a tu alrededor no se dan cuenta. Todos están enajenadas de la situación, mal gastan su dinero y confían plenamente en las instituciones que – a tu parecer – les están robando. Tú quieres hacer algo al respecto… Quieres aportar de tus conocimientos y decides escribir un libro.
La pregunta que te lanzo es, ¿a quién le quieres escribir? ¿A quién va ir dirigido tu mensaje?
La contestación depende de qué quieres lograr o qué mensaje específico quieres transmitir.
Por ejemplo tu público objetivo (entre otros) puede ser:
Cada uno de esos públicos tiene una necesidad en particular. Por más que trates será imposible hacer un libro interesante y que llene las necesidades de todos ellos a la vez. Por eso es importante que antes de comenzar a escribir decidas a quién va dirigido tu mensaje. Dependiendo del público objetivo decidirás cómo transmitirlo.
Siguiendo con los ejemplos anteriores:
Si no tienes definido a quien le quieres hablar cuando estés escribiendo tu libro, posiblemente tu mensaje se disperse y al final no logres resolver el problema del lector.
Volviendo a los ejemplos; si pretendes hablar sobre inversiones en tu libro, y en un principio diste a entender que una persona con muchas deudas puede leerlo, pero te concentras más en inversiones, ¿qué crees que pasará? ¿Quedará satisfecho el lector?
Fíjate que el tema principal sigue siendo el mismo: Finanzas. Pero la forma en la que escribirás de él dependerá del público o del lector a quien le quieres hablar.
Una ves que elijas el tema debes seguir 2 pasos:
Todo esto te ayudará a determinar quién será tu lector ideal y cómo presentarle el tema de tal forma que resuelvas su necesidad o problema en particular.
Escribir es una tarea bastante compleja a nivel emocional y cognoscitivo. Mientras escribimos nuestras neuronas trabajan al máximo para recuperar todo el conocimiento que hemos adquirido a través del tiempo sobre ese tema, pero a la vez ese conocimiento está atado a diversas emociones y experiencias. Así que a la hora de plasmarlo todo en papel, ocurre una mezcla interesante, y que si no tenemos cuidado podría resultar en lo que llamo un “vómito de ideas”.
Una de las mayores dificultades que he visto con escritores que he ayudado en mentoría es el exceso o la falta de información en un mismo capítulo. El escritor está tan emocionado con lo que quiere transmitir que desborda en un solo capítulo prácticamente todo lo que sabe. O por el contrario, a veces menciona un concepto complicado y no explica o abunda sobre el mismo, dejando al lector en el aire.
En una ocasión al revisar el manuscrito de un escritor me ocurrió precisamente esto; el escritor había introducido un concepto complejo y no lo había explicado o definido. Cuando le hice la recomendación de explicar o abundar un poco más acerca de esto, me dijo; «si el lector quiere saber más de ese concepto que busque información”. Me quedé aturdida… ¿Para qué el autor introduce un concepto que no quiere explicar? ¿Es buena práctica del escritor que quiere educar dejar a medias al lector? ¿No es su función como expositor de un tema explicarlo?
Entonces en este punto surge la gran interrogante, ¿porqué quieres escribir este libro? ¿Cuál es el fin? ¿Por qué quieres escribir sobre este tema?
Las razones para escribir un libro pueden ser muchas… Pero en este momento no solo quiero que te concentres en tus razones como escritor sino que te pongas en el lugar del lector. Al final de cuentas estás escribiendo el libro para él, ¿no?
Esta parte está íntimamente relacionada a la primera parte de este artículo; definir quien es tu lector ideal o tu público objetivo. Pregúntate: ¿Qué quiere el lector de mi libro? ¿Qué información necesita de mí? ¿Cómo el quiere que le ayude?
Luego de tener claro las contestaciones a estas preguntas, podrás hacer un bosquejo de los puntos más importantes que el lector necesita entender sobre el tema que le quieres explicar. En este artículo te explico como puedes hacerlo.
Cuando pensamos en escribir un libro no debemos dejar de un lado la planificación. Como mencioné anteriormente, es importante que tengamos claro el tema del cual queremos escribir y a quien va dirigido.
Otro punto importante, especialmente cuando escribimos un libro de no ficción, es la organización del contenido para hacerlo manejable, digerible y entendible para nuestros lectores.
Hacer un bosquejo es imprescindible… Pero, ¿qué es en realidad un bosquejo?
Según la Real Academia Española (RAE) la acción de bosquejar es:
En otras palabras el bosquejo es solo una guía que te permitirá separar el contenido en capítulos. En cada capítulo debes escoger un subtema y desmenuzarlo lo mejor que puedas para que el lector absorba ese pedazo de información.
Cada capítulo debe tener un fin en sí mismo o un mensaje claro aunque sea solo una pequeña parte de toda la información. Para explicarme mejor, en cada capítulo hablarás de un tema que se desprende del gran tema central.
Tema central: Finanzas
Subtemas: Deudas malas, deudas buenas, control de gastos, inversión, etc…
En el transcurso de cada capítulo debemos tener presente al lector, ¿qué información necesita? ¿qué concepto necesita entender?, ¿cómo puedo definirlo mejor? Estas preguntas te ayudaran a desarrollar el tema.
Las técnicas de escritura te pueden ayudar al momento de desarrollar el tema. Utiliza ejemplos, metáforas, comparaciones y descripciones para hacer más sencilla la información. Los seres humanos aprendemos y retenemos la información mejor cuando, en alguna medida, todos los sentidos están involucrados.
¿Necesitas ayuda para escribir tu libro? Este taller te ayudará a transformar la idea que tienes en un libro…